El pueblo de Orillena recibe su nombre de otro de cuya existencia hay constancia documental en la Edad Media. El antiguo núcleo se despobló por completo en 1873 y casi un siglo después se levantó el actual pueblo de colonización.
Las casas son de planta baja, a excepción de las de la Plaza
Mayor y la llamada “Casa del médico”. La iglesia parroquial de San José Obrero consta
de una sola nave, por la que discurre una azulejería con piezas decoradas a
base de peces, candiles, palomas, etc. de estilo naïf. Detrás del altar, una
pintura neocubista que representa a San José. Los vecinos celebran sus fiestas
patronales el día 1 de mayo en su honor.
Además, el trazado de las calles es rectilíneo, destacando por su singularidad el paseo central, una amplia avenida, como eje simétrico del lugar, en centro ajardinado y diversos árboles y arbustos. Toda la localidad está rodeada por un pequeño bosque de coníferas.
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