Construido en 1962 al norte de la comarca, debe su nombre a la proximidad de la ermita de Santa Ana, de Torralba de Aragón. Es uno de los diez pueblos de colonización de Los Monegros
Valfonda de Santa Ana combina la arquitectura en piedra y ladrillo. La torre exenta de su iglesia presume de ser una de las más altas, pero lo que realmente destaca es su plaza, ajardinada y muy cuidada, como un oasis en el medio del pueblo. Si hacemos un recorrido por las calles de Valfonda de Santa Ana nos sorprende el homenaje a la naturaleza y agricultura que se hace en el nombre de éstas. La mayoría de sus calles han sido bautizadas con nombres de elementos naturales o que hacen alusión a productos agrícolas o a los regadíos: Ronda del Monte, calle Aneto, la calle de Las Hojas, Plaza de la Flor, la Mazorca, la Espiga, La Acequia, el Sifón o el Tallo.
A las afueras, la vanguardista ermita de Santa Ana, en un diseño que busca la flexibilidad y ligereza de los materiales típica de esos años, a través del minimalismo: líneas curvas, visuales frías y una estética limpia.
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